Thursday, June 30, 2005

Frozen Hell.

Hay pocos términos tan devaluados como el de artista. Para ser llamado artista, basta con tener alguna fama local. De tal suerte, que los participantes de cualquier reality show son llamados artistas. Bastante jodido, si lo piensan un instante. Por que ahora tenemos a toda una generación que piensa que Yahir es un artista y no saben quien es Coltrane. La misma generación que no distingue a Goya de Kandinsky. Probablemente tampoco se distingan el culo de la boca.

Pero bueno, basta de eso. Ahora hablemos de cosas mas tórridas. Y en todos mis años, pocas cosas he visto que sean mas tórridas que el refrigerador de Miguel.

Miguel se está mudando. Los amigos, le estamos ayudando a transportar sus cosas y a sacar la basura que un soltero inevitablemente acumula en su hogar. Como el cangrejo ermitaño que sale en busca de una concha mas grande, Miguel ha decidido cambiar de aires y parte hacia el norte. Montones de ropa propia y ajena, miles de latas / botellas de cerveza y todo tipo de licores, un sillón mas balaceado que la toma de Zacatecas, trastes y finalmente, la parte que temíamos: el refri.

Para explicar por qué el temor, hay que dar una breve reseña de los hábitos alimenticios de Mike. No le gusta cocinar. Puede comer cualquier cosa, siempre y cuando su elaboración no sea mas complicada que abrir una lata y echarle ron a una coca. Sin embargo, sus dos roomates eran un poco mas exigentes. Maria y Farid sí están dispuestos a cocinar. Cuando están en casa, lo cual casi nunca ocurría, Farid entrenaba americano y María pasaba el día con Leo, su novio. Como consecuencia, a veces compraban comida que nadie se comía.

Durante un año.

En todas las fiestas, uno podía notar que al abrir el refri emanaban ciertos olores poco placenteros, pero mientras el alcohol fluía, eso importaba cada vez menos. Eventualmente, todo mundo dejó de prestarle atención. Pero ayer, hubo que vaciar el refrí. Había un litro de leche, abierto pero lleno. Caducó en enero. Había otro de helado. Noviembre. Una caja de poliuretano llena de carne de algún animal que no pudimos reconocer. Cuando vertimos la viscosa y multicolor leche en el fregadero, creí que la cosa no podía empeorar. El olor habría hecho ciego a un elfo, llorar a un enano y vomitar a un orco. Entonces llegó el momento de vaciar el cajón de las verduras. F*UK.

Habían tres entidades en el interior. Concluimos que dos de ellas fueron cebollas, y lo que el principio pareció ser un dátil gigantesco cubierto de pelo blanco y manchas moradas resulto ser un chile. Un chile que daba hogar a toda una colonia de formas de vida dantescas, que al sentirse agredidas por nuestra incursión regresaron rápidamente a su bastión chiloso. Tiramos las cebollas. Pero ni Leo, ni Mike ni su servidor se animó a molestar al monstruo. Yo temía, que al colocarlo al sol cobrara vida y todas las cosas horribles en su interior fueran activadas. Habría que llamar a Godzilla, descongelar a los Evas e invocar a Ultraman para que combatieran al monstruo, destruyendo de paso la ciudad.

La vida extendida de manera antinatural hacía pensar en un Sith Lord de la verdulería, poseído un cegado por un odio infinito hacia sus captores. Decidimos sacar el cajón, y voltearlo sobre una bolsa de basura. El chile no se cayó. Ni calló. Su voluntar férrea no cedería ante algo tan mundano y vulgar como la fuerza de gravedad. No, el monstruo debería ser enfrentado con otro método.

Finalmente, logramos vencerlo, pero los detalles de la batalla son demasiado sangrientos, herejes y brutales para un blog dirigido a un público sensible. No pude dormir esta noche.


Sunday, June 26, 2005

Better man.

Hay algunas cosas que aun disfruto como si tuviera seis años. Los parques de diversiones son una de ellas.

Otra semana interesante. El jueves fui a la bella y conflictiva Ciudad de México, pues el Wero tuvo la feliz idea de ir a Six Flags. En la mañana, pase por super Flasto a la escuela y fuimos a casa de Brian. Luego recogimos a George y partimos.. La carretera de verdad me gusta. Creo que el bosque se ve mucho mejor los días nublados. Llegamos a la capital y obviamente nos perdimos. Tras batallar un rato, encontramos el parque.

Con gusto aceptamos el descuento que una promoción de coca cola nos ofrecía y entramos al parque. Cual chamacos, corrimos a la montaña rusa mas alta. Llamada Super Man; el Último Escape. Pero nada de mofles. Creo que la parte que mas me gusta de ese tipo de juegos es la primer subida. Y ésta es escandalosamente larga. Subes y subes y toda la diversión proviene de lo que estás sintiendo; ideas encontradas. Quieres que suba más para que la bajada sea mas intensa pero también estás asustado. Como en un libro, la tensión crece hasta ser insoportable, y entonces llega la catarsis liberadora. Todo el estrés del último minuto (que te ha parecido eterno) se convierte en una dosis abrumadora de adrenalina y dopamina, el éxtasis de las manos levantadas al viento, los pulmones a todo volumen, el suelo que se aproxima vertiginosamente, a la vez que uno contempla la ciudad y el resto del parque allá abajo. El resto del recorrido es solo para disminuir paulatinamente el frenesí, para uno no se baje gritando y saltando. Cosa que, por cierto, hice de todos modos.

Luego, ya camino a casa nos detuvimos en un lugar llamado Kiss Lounge. Es un bar en La Marquesa. Un bar.. ¡de KISS! AWWWWWWW. La cosa mas merol del mundo. Es un verdadero templo, repleto de toda la parafernalia imaginable de la diabólica banda. La guitarra de juguete que salió en 1975, en su empaque original. La chamarra autografiada del tour en Australia, extrañísima por tener al baterista alterno. La guitarra que rompieron en tal película y en el anuncio del disco tal, las primeras ediciones japonesas de ese disco. Baquetas, pelucas. You name it. Para un fanático, debe ser casi como estar en el cielo. Cuando llegamos, nos pareció un bar normal. Luego Brian fue a buscar el baño. Jamás lo encontró, pero se topó con todo tipo de cosas interesantes, incluyendo al dueño del bar, que amablemente nos mostró todo el lugar.
EL viernes fue la fiesta de Robert. ¿Cuál Robert? Pues Robert el alemán. Tomamos cervezas, quizá algunas de más. Pero todo en orden, cuado me estaba comiendo el último taco de Carranza, ya estaba casi conciente. Finalmente, ayer fui a una fiesta cerca de Valle de Bravo y Flasto demostró que es capaz de comer su peso en frijoles charros. Mañana será otro día interesante, ya luego escribiré al respecto.

Wednesday, June 22, 2005

King of the Hill.

Ah, muchas cosas han pasado desde mi último post. Gracias a la gente que comentó sensualmente. Ayer fui al aeropuerto a despedir a mi primata, que regresa a su Madrid. Se siente demasiado gacho despedir a alguien que quieres. Sin embargo, me da gusto que ella esté contenta. Bien, comenzaré la narración, incontexta al principio y violentamente reveladora hacia la mitad, con algún detalle de humor extraño a la postre.

Los cantos gregorianos, aun sonando a través del distorsionado par de viejas bocinas, le dan solemnidad a la neblina que haciende entre los árboles. Por encima de las copas de los árboles, se fe difusa la cima de la montaña. El camino es sinuoso y levantamos una nube de polvo a pesar de ir despacio. Hace frío, veo en el retrovisor que Sylvan se congela en la caja.

Llegamos al refugio y de ahí caminamos hasta el filo, desde donde se pueden ver las lagunas del cráter. Cómo me gustan los volcanes. Está muy nublado y comienza a hacer frío. Pronto será de noche, así que decidimos bajar al bosque para buscar algún lugar amigable para poner el campamento y pasar la noche. Bajamos al Parque de los Venados. Dejamos la camioneta, bajamos las mochilas y caminamos un rato, hacia el río. Pronto encontramos un lugar perfecto.

En un claro del bosque hay una pequeña colina, bastante plana en la cumbre. Ahí han crecido formando un semicírculo unas plantas de mas o menos un metro de alto, llenas de flores moradas. Justamente atrás de la colina, el terreno desciende hasta el río y se le puede escuchar fácilmente. Si fuera un druida, ese lugar sería idóneo.

Bebimos cerveza, asamos todo tipo de cosas en un sartén sobre las brasas, hablamos, cantamos y reímos mucho antes de dormir. Pensamos que va a llover. El cielo se despeja. La Luna se ve demasiado hermosa, y emite una luz tenue y gris que inunda el bosque.

Ojalá estuvieras aquí.

En la mañana, regresamos al parque. Quesadillas y café. Luego subimos de nuevo al cráter. Que color mas extraño e hipnótico tienen estas lagunas. Está bastante soleado, pero aun así hace un poco de frío y el agua está helada. Supongo que así es el verano a esa altitud. Probablemente por eso me gusta tanto esta montaña.

Tuesday, June 14, 2005

Wife by wire.

Es curioso pensar en que idea tendrá de mi alguien que solo me conozca por mi blog. Y es una idea que me asalta a menudo, cuando leo páginas de otras personas trato de imaginar como serán en vivo. Y cuando leo blogs de mis amigos, aprendo un poco mas sobre su forma de ver el mundo y eso es genial.

Ya estoy de vacaciones y he estado buscando chamba desde hace algunos días. Se presentó una oportunidad genial, pero ahora no estoy seguro si me darán el trabajo a mí después de todo. Pero así es esto. Si no es aquí, será allá. Ayer salí con Herdez y fuimos a ver a Tonio Ice Tiger Murillo, que estaba pasando por un calvario de crudo enfrentamiento interno. Luego, camino a la escuela (donde me encontraría con Juan y Flasto) ignoré una luz roja y un policía procedió a la detención inevitable.

Se aproximó, y demandó que le entregara mi licencia. Se la entregué.
-Joven, se pasó el alto.
-Si, lo sé oficial. Buscaba una calle y no me fijé.
-Voy a tener que levantarle una infracción.
-De acuerdo.
-Son tres salarios mínimos.
-De acuerdo.
-Le voy a retener su licencia, y la recuperará cuando pague la multa. Que es de TRES salarios mínimos.
-...de acuerdo.
-Pero YO le voy a retener SU licencia, y no la recuperará hasta pagar la multa. Que es de TRES salarios mínimos.
-De acuerdo.

Luego revisó las placas de mi auto, una y otra vez. Veía y veía mi licencia. Se acercó de nuevo.

-Entonces si le voy a levantar una infracción. La multa son TRES salarios mínimos. Y YO le voy a RETENER SU LICENCIA. La recuperará cuando pague la multa. De TRES salarios mínimos.

Para ese momento, Herdez y yo comenzamos a sospechar que el oficial de verdad no tenía intención de hacerme una infracción (que era de TRES salarios mínimos). Cuando vio que nosotros tampoco teníamos intención alguna de darle nada, desistió.

-Pues... le voy a entregar su licencia y.. hay que manejar con mas precaución. Circule.

Circulamos y seguimos nuestro camino. Al llegar al lugar acordado, me topé con la sorpresa de ver a la chica que me gustaba ahí. Y digo gustaba por que he decidido que ya no me guste (Goebbles me diría que repitiera eso muchas veces). Ya no me gusta y ya no me gusta. Ni siquiera un poco. Nada. De verdad.
Yeah right.

Pero bueno, el punto es que también vi a Gibran, Angus, Tule, Juan y Delia, que tenía tiempo sin ver. Pasé un rato con ellos y luego fui a comer a casa de mi madre, donde se había cocinado conejo en chilaca. Ahh los conejos son mas sabrosos que adorables, y miren que los conejos son lindos. En la noche fui con mi tía-madre y mi prima-hermana por una hamburguesa de Lagart. Qué buenas son. De hecho, durante la cena aparecieron muchos temas buenos para blogs próximos. Creo que mañana hablaré del arte.



Monday, June 13, 2005

Sounds tricky, and it is.

El excelente blog de mi hermano en armas Brian O´Bollocks (http://www.chaozsanctuary.blogspot.com/) me ha hecho pensar de nuevo y con renovada calma en una idea genial; el nihilismo como herramienta intelectual.

Más de un lector se arrancará una patilla gritando con furia demencial. Sin embargo, los mas audaces solo se rascarán la nuca y se pondrán a pensar por un instante. El nihilismo, en muy pocas palabras, es la comprensión de que nada importa más que nada mas. Esto es, nosotros elegimos qué cosas son importantes, pero la verdad es que nada es importante. O al menos no mas importante que cualquier otra cosa. Desde un punto de vista nihilista, la vida de una persona y la de un cucaracho son igualmente insignificantes. Y pues si, lo son. Pero si le preguntas a la persona o al cucaracho en cuestión, la cosa cambia.

Ahora, aquí se pone bueno. El verdaderamente nihilista no tendría por que molestarse en buscar el conocimiento, después de todo, no tiene importancia. Si uno le pregunta a alguien si es nihilista, y responde positivamente, estará respondiendo que no. Si de verdad no le importara, no tendría por que tomarse la molestia de contestar. Eso llama la atención. Por eso es que tantos jovenzuelos y rapazuelos en sus años necios llaman ‘nihilismo’ a ese mutismo fingido, desesperado intento de exteriorizar ideas para las cuales no les han enseñado palabras. Y claro, de llamar la atención. ¿Quién no ha escuchado a algún adolescente enzarzado en el grueso y vigoroso mostacho de Nietzsche explicándole a todo transeúnte en su camino el por qué ha elegido ser nihilista? O aquel, que se enreda en las barbas de Marx y patalea en su frente.

La objetividad completa es imposible. El crítico como el científico, tiene que otorgarle ciertas condescendencias al humano que lleva dentro. Es aquí donde el nihilismo puede fungir como una herramienta intelectual; permite partir de la premisa que no hay cosas con mas importancia que otras. Le dice al científico que él no es el centro del universo. Le dice al crítico que la suya es solo otra opinión. Le enseña a ambos que no hay certezas. Ni si quiera esa.

Al haber comprendido eso, crítico y científicos se restan importancia a sí mismos y obtienen una visión un poquito mejor del todo. Son un poco mas libres. Y la libertad de pensamiento es algo indispensable para perseguir el conocimiento. Desde luego eso es algo que Ellos ya sabían.

Wednesday, June 01, 2005

Smile & Smite.

El neorrealismo de Rossellini.

Entonces, en 1943 Italia está ocupada por los alemanes y todo está prácticamente detenido. La industria padece los estragos de la ocupación y nadie piensa en hacer cine en semejantes condiciones. Salvo por Roberto Rossellini.

A principios de 1944 Rossellini capturaba imagen para Roma, ciudad abierta, algo así como un documental sobre un sacerdote fusilado por los alemanes. El filme se realiza con recursos paupérrimos, la guerra ha hecho imposible conseguir más que algunos metros de cinta del mismo tipo, así que prácticamente casa escena es filmada en una calidad diferente a la anterior. No contaban con equipo de iluminación, por lo que casi toda película es en exteriores con luz natural. El audio también es pobrísimo.

Ahora, lo que a Rossellini le falta en recursos, es compensado con genio. O al menos eso dicen los conocedores. O al menos eso dijeron después, por que cuando se exhibió en 1945 en un festivalito italiano y luego en Cannes, a la crítica no le gustó. Más tarde ese mismo año, cuando se estrenó en Paris y en Nueva York la critica y el público concuerdan en que se trata de una obramaestra (unasolapalabra).

El estilo crudo y sin adornos de Roma, ciudad abierta puede deberse más a las carencias de la producción que al estilo del director, sin embargo, marcó la pauta y el tono de casi todo el cine europeo de posguerra. Generó una corriente que se conocería mas tarde como neorrealismo. Lo cuál es extraño, por que no puedo pensar en un estilo cinematográfico realista antes de la guerra. Pero no nos detengamos en terminologías.

Roberto Rossellini tuvo sus queveres con la preciosa Ingrid Bergman (mmmmmggg queeeen btw) que mandó al diablo a su marido a su hija para irse a vivir oficialmente con el director italiano en 1949. Desde luego, la industria gringa y su híper hipocresía se ofenden y le niegan la chamba por años. A Bergman le vale madre y actúa en Stromboli, tierra de dios ese mismo año.

Por sobrevivir al fascismo, llevarse panalaboca (también, unasolapalabra) y terminar siendo famoso y viviendo con una belleza sueca, Roberto Rossellini merece un premio Fat Wombat a los logros de una vida. Lástima que muriese en 1977, muchos años antes de que se inventara el preciado galardón.

Mañana: Señorita Cometa.