Wednesday, June 01, 2005

Smile & Smite.

El neorrealismo de Rossellini.

Entonces, en 1943 Italia está ocupada por los alemanes y todo está prácticamente detenido. La industria padece los estragos de la ocupación y nadie piensa en hacer cine en semejantes condiciones. Salvo por Roberto Rossellini.

A principios de 1944 Rossellini capturaba imagen para Roma, ciudad abierta, algo así como un documental sobre un sacerdote fusilado por los alemanes. El filme se realiza con recursos paupérrimos, la guerra ha hecho imposible conseguir más que algunos metros de cinta del mismo tipo, así que prácticamente casa escena es filmada en una calidad diferente a la anterior. No contaban con equipo de iluminación, por lo que casi toda película es en exteriores con luz natural. El audio también es pobrísimo.

Ahora, lo que a Rossellini le falta en recursos, es compensado con genio. O al menos eso dicen los conocedores. O al menos eso dijeron después, por que cuando se exhibió en 1945 en un festivalito italiano y luego en Cannes, a la crítica no le gustó. Más tarde ese mismo año, cuando se estrenó en Paris y en Nueva York la critica y el público concuerdan en que se trata de una obramaestra (unasolapalabra).

El estilo crudo y sin adornos de Roma, ciudad abierta puede deberse más a las carencias de la producción que al estilo del director, sin embargo, marcó la pauta y el tono de casi todo el cine europeo de posguerra. Generó una corriente que se conocería mas tarde como neorrealismo. Lo cuál es extraño, por que no puedo pensar en un estilo cinematográfico realista antes de la guerra. Pero no nos detengamos en terminologías.

Roberto Rossellini tuvo sus queveres con la preciosa Ingrid Bergman (mmmmmggg queeeen btw) que mandó al diablo a su marido a su hija para irse a vivir oficialmente con el director italiano en 1949. Desde luego, la industria gringa y su híper hipocresía se ofenden y le niegan la chamba por años. A Bergman le vale madre y actúa en Stromboli, tierra de dios ese mismo año.

Por sobrevivir al fascismo, llevarse panalaboca (también, unasolapalabra) y terminar siendo famoso y viviendo con una belleza sueca, Roberto Rossellini merece un premio Fat Wombat a los logros de una vida. Lástima que muriese en 1977, muchos años antes de que se inventara el preciado galardón.

Mañana: Señorita Cometa.

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