@ the rave.

La pobre aria baila y baila sin que ni un solo Orixa se digne a poseerla. Exu, ese Hermes afro americano, exhala humos que en su crisol pulmonar han mezclado a África con el Templo de Salomón, a Jesús poseso en la umbanda. Puro sincretismo brasileño.

Notará sin duda el lector letrado, que los últimos posts han estado plagados de oscurísimas referencias. Pero pues todo lo está ¿no? Relataré. Ayer fui a un rave espantoso. Hacía frío, la música no era particularmente buena (o al menos, me demostró que no entro en trance tan fácilmente) y no encontré a la chica que me gusta ésta semana*. Luego, camino a casa, un policía nos detuvo. Carajo. Clama que Flasto viene manejando feo. Bullshit. Le damos 250. Se larga.

Preámbulo. Muy bien, a comenzar por el principio. Estaba en mi casa, cuando intempestivamente apareció un Flasto Montañés y un Adrian Americano. Dicen tener sed. Obviamente, corremos a wal mart y compramos un rico pomo de sperry’s. Y cito a Adrian: ‘Oh, que chupe tan sabroso’. Luego, casa de Brian y al rave. De ahí, al párrafo anterior.





*La chica que me gusta ésta semana es la misma que me gusta siempre. De hecho, he comenzado a sospechar que lo que me gusta es una idea abstracta que a veces veo en alguien. Lo cual tal vez sea malo, por que la gente es gente y no ideas. Ahora bien, uno es sus ideas, así que la gente también es una idea. O sea que si me gusta una idea necesariamente me gusta una persona... o algo así. Si. ¿Si? Si, si, creo que si. Si.