Tuesday, October 09, 2007

Old issue.

Igual que antes.

Todavía nos juntamos en los mismos cafés del centro. Nos sentamos en esas sillas de madera con cojines forrados de cuero marrón, a respirar humo de anécdotas viejas que ya nos sabemos al dedillo. Aún miramos sobre el hombro de vez en cuando, guardamos silencio cuando el mesero viene a cambiaros el cenicero y hasta bajamos la voz y nos encorvamos, como si conspirásemos contra Franco. Aún nos ponemos un poco nerviosos cuando nos confesamos con la mirada y asentimos tácitos ante el viejo tabú. Y uno concluye, entere sorbos de café sin azúcar; “Si, mira que tienes razón. Yo tampoco creo en dios”.

Wednesday, October 03, 2007

Swiss chocolate & Traditional Stove

Hoy fui a buscar un anafre. Un anafre, para los hispanohablantes que no tienen la suerte de ser latinoamericanos, es un cachivache que se emplea para hacer tlacoyos. Ja. Un anafre, es un asador que usa carbón, y durante muchos años fue el sistema favorito de México para calentar la comida, sobre todo en lugares donde una estufa de leña resultaba poco práctica, y desde luego mucho antes de la llegada de las estufas de gas o eléctricas.

Ahora, yo quiero un anafre por que tengo ganas de hacer carne asada en la azotea de mi casa. Fui a buscar uno a un mercado, pero solo tenían uno de proporciones titánicas, y como eso de asar animales completos no es mi fuerte, quiero uno de envergadura más modesta.

Hoy compré un Toblerone, sin duda el mejor invento de los Suizos, mucho mejor que la navaja políglota. El problema es que Suiza está lejos como el carajo, así que la delicia empacada en un prisma de cartón con base triangular resulta costosa de éste lado del Atlántico.

Uno de mi hermanos se acaba de casar, y se su luna de miel en Italia le trajo a mi mamá un Toblerone gigante. Me dediqué a buscar uno así para mi, pero parece que en las Américas no hay de ese tamaño, y solo pude encontrar uno de talla más pequeña. Un módico centenar de gramos.

Pero bueno, lo que llamó mi atención fue que el anafre que vi era mas grande de lo que quería, y el Toblerone resultó mas chico de lo deseado. Supongo que a veces simplemente hay que conformarse.

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