Thursday, October 30, 2008

Smurfs do coke.

I.E.

Tenemos mucha prisa por interactuar con otro. Lo cierto es que de verdad necesitamos desarrollar inteligencia artificial, por que nos permitiría delegar mas responsabilidades al criterio de máquinas. Actualmente, los robots ya se llevan una porción significativa de la chinga en muchas industrias, especialmente en tareas monótonas, peligrosas y sucias. Trabajan en minas, ensamblan nuestros autos y cargan nuestros barcos. Siempre lo hacen bien, nunca se quejan y nunca se equivocan. No, bueno, de hecho a veces si se equivocan-- no ellas, sino el que las programó. Si un robot está haciendo algo mal, lo hará mal miles de veces por que de hecho no puede darse cuenta de ello por si mismo, y solo cuando un inspector lo ve y lo detiene, deja de equivocarse. Claro, muchos tienen sensores y procedimientos preprogramados para casi cualquier eventualidad. Casi. A un robot nunca se le va a ocurrir una forma de hacer mejor su trabajo mas allá de su flexibilidad de elegir entre una lista de tareas precargadas.

En fin. Quien sabe si la inteligencia artificial sea posible. Seguramente si, por que la existencia de inteligencia orgánica creada por el proceso evolutivo parece mucho mas improbable. Y aquí estamos. Eso me lleva a una vieja pregunta y una fuente personal de fascinación desde mi mas tierna infancia; ¿ha ocurrido antes? ¿está ocurriendo simultáneamente en otros lugares?

La inteligencia orgánica necesita entidades biológicas. La inteligencia necesita vida o algo parecido y si dejamos de lado la probabilidad de que haya entidades pensantes con un formato tan radicalmente diferente al nuestro que existan sin una forma tangible para nuestros sentidos y formas de detección (*) entonces la vida es un prerequisito indispensable para la inteligencia.

Yo, como Sagan, pienso que la vida es un fenómeno más o menos común en el Universo. La vida puede ser tan común como los fenómenos que la componen, síntesis, reducción, oxidación y demás, y ya en que en todos lados se cuecen habas, no sería sorprendente que hubiera vida en la tasa que Drake (más o menos arbitrariamente) predijo con su famosa ecuación.

Asumamos que la vida (como nosotros la entendemos) necesita condiciones parecidas dentro un rango a las de la Tierra, nuestra bella y diminuta Gaia que gira sobre su eje colgada de nada en medio de una oscuridad que no tiene fin. Por pura estadística, debe haber miles o millones de planetas similares. Y si tomamos en cuenta lo increíblemente viejo que es el Universo, seguramente han habido muchos mas a lo largo de los eones.

Nos adentramos más y más en el terreno de la especulación. De hecho entremos de lleno. Yo creo que hay vida inteligente en otras partes del Universo. No creo que estemos, hayamos estado o lleguemos a estar en contacto con ellas. Desafortunadamente. Desde luego, podría equivocarme. Ojalá me equivoque, por que haría el mundo un lugar mucho mas interesante el que hubiera abducciones y conspiraciones. Pero quizá la distancia sea la forma en que el Universo lo previene. (**)

Ahora que siendo bien realistas, que dios nos ayude si algún día una cultura extraterrestre llega. Basado en lo que puedo observar del comportamiento humano (la única cultura que tengo como marco de referencia) es muy probable que no vengan exactamente en son de paz. O todo lo contrario, según que lado del argumento se tome.

Escenario A, son como nosotros y vienen a chingarnos.
El modus operandi histórico del hombre era así: llegamos a un lugar, nos reproducimos, nos comemos a los nativos, consumimos todos los recursos y cuando no queda nada, nos vamos a otro lugar. Ahora no nos queda dónde ir, y comenzamos a tener problemas. Si en el futuro nos vemos obligados a enfocar todos nuestros recursos a hacer que el viaje espacial a gran escala sea viable, es por que de verdad necesitamos que sea viable. Cuando dejemos nuestro planeta, seguramente será por que ya no podamos vivir aquí. Encontrar un planeta habitable es absolutamente crucial para nuestra supervivencia. Si encontramos uno y ya está ocupado, no vamos a negociar con los locales. Necesitamos agua, tierra cultivable, metales, fuentes de energía. Si hay un civilización, haremos todo lo posible por conquistarlos, quitarles sus recursos, copiar su tecnología. Y lo haremos sin piedad, no tenemos a donde regresar y perder la guerra no una opción. El potencial bélico de toda la humanidad junta es verdaderamente monstruoso y sería un enfrentamiento de todo o nada, la novena entrada del juego siete.

Estamos como a mil años de que el viaje espacial interestelar sea viable, y eso si invertimos en ello todos nuestros recursos tecnológicos, económicos y humanos. Y al paso que vamos, quien sabe si duremos otro milenio sin destruirnos o que pase algo que rompa nuestra continuidad tecnológica y nos hunda de nuevo en el oscurantismo. Es posible que una cultura guerrera (como la nuestra) no sobreviva lo suficiente para tener acceso a la tecnología necesaria para ese tipo de viaje, (salto Warp y fuentes de energía quasi-inagotables). Lo cual nos lleva al escenario B.

Escenario B, su cultura parte de otras premisas y vienen a estudiarnos/ayudarnos/intercambiar.
También es posible que el tiempo necesario para desarrollar tecnología que permita el viaje espacial sea tan largo, que solo una cultura que no conozca la guerra o que no sea parte fundamental de su modo de vida y que tenga una relación menos invasiva con su medio ambiente puede aguantar lo suficiente para lograrlo. Tendrían que ser seres fundamentalmente distintos a nosotros, básicamente egalitarios, menos competitivos, menos violentos que nosotros. Quizá menos dinámicos también, por que esas características nos han servido para sobrevivir hasta ahora (***).

Si ellos llegan aquí pero no por que su mundo sea haya vuelto inhabitable, ¿entonces por qué vinieron?
El viaje interestelar no es cosa fácil, así que una cultura que lo lleva a cabo simplemente por el deseo de conocimiento debe profesar un amor enorme por la ciencia. Seguramente estarán en o cerca de un punto que Asimov llamó “el final de la historia”, un punto de equilibrio en el cual el óptimo ya se ha alcanzado y no es necesario seguir cambiando, o solo muy lentamente. Claro que eso es incompatible por principio con la naturaleza humana y su “progreso constante, crecimiento ilimitado”. Quizá eso sería fuente de conflicto.

También es posible que si tecnología fuera tan vastamente superior a la nuestra que nos resultara efectivamente imposible interactuar con ellos o comprender sus motivos.

En cualquier caso es reconfortante imaginar una cultura así, de antiquísimos seres gentiles y sabios que vienen a enseñarnos el camino sin pedir nada a cambio, solo para perpetuar la vida y la paz en el Universo. Es más, ese podría ser su ciclo reproductivo, por que ellos consideran a la cultura su especie.

Serían prácticamente dioses.

Monday, October 27, 2008

I told you one (and a half) hundred times!

Masa, gravedad, tiempo y espacio. Son conceptos igualmente simples y misteriosos, y están relacionados en la mismísima fibra de la realidad.

Podemos imaginar los objetos como regiones más densamente pobladas de átomos que el promedio del espacio. La masa es una anomalía en el espacio, por que hace que el Universo no sea uniformemente denso. Ahora, la masa afecta al tiempo. Las cosas con mucha masa, como, digamos, un planeta o una estrella, alteran el tiempo a su alrededor. El tiempo pasa un poco mas despacio cuando uno está cerca de un objeto muy pesado y un poco mas rápido si se está lejos. De hecho, la diferencia es perceptible con relojes muy precisos en la superficie de la Tierra y en órbita.

El tiempo no es una propiedad del espacio, de hecho el tiempo y el espacio son la misma cosa. A ésta cosa le decimos (increíblemente) tiempo-espacio o Continuo. Sabemos que son la misma cosa por dos fenómenos conocidos:
a)Nada se traslada instantáneamente de un punto a otro, y hasta donde sabemos, nada se puede mover más rápido que la luz.
b)Nada está realmente quieto en el Universo, por que no hay un Punto Fijo.
De éstos dos fenómenos aparentes concluimos que:
1.-Si algo se mueve a través del Espacio, también se mueve a través del Tiempo.
2.-Si algo de mueve a través del Tiempo, también se mueve a través del Espacio.

Por eso decimos que el Tiempo es la cuarta dimensión. Todas las cosas que existen en nuestra gama observable del Universo, existen en al menos cuatro dimensiones (“al menos” por que pueden ser 10 o 26 dimensiones en realidad-- pero eso es harina de otro costal). Eso explica por qué los Planetas orbitan a las Estrellas en lugar de caer hacia ellas, pero eso es otro pedo completamente, y yo quiero hablar de los 4 Fantásticos, Masa-Gravedad-Tiempo-Espacio. Quizá un quinto sería Energía, pero ya está incluida de manera implícita. Pero eso, también, es otro pedo.

Bien, hasta ahora vimos que el tiempo, el espacio y la masa son cosas que van más bien de la mano. Ahora sigue la gravedad. Se ha dicho que la gravedad es la cualidad fundamental de la masa, por que el vacío o la ausencia no tiene una gravedad específica. La gravedad es una cosa de verdad extraña, y es probable que toda energía (y por ende de manera atascademente paradójica, la masa, si se asume que Einstein tenía razón y de verdad hay una equivalencia entre las dos. Otra vez, eso constituye un pedo por sí mismo) provenga de ella.

La gravedad es interesante por que hace algo que hasta donde sabemos, ninguna otra fuerza puede hacer. Actúa de manera instantánea. A lo largo de distancias inconmesurables, la gravedad de dos humildes átomos de Hidrógeno ejerce su despreciable atracción y comienzan a caer despacio uno hacia el otro. Y es que la gravedad en esa escala es de verdad despreciable. Y ahí va el otro misterio de la gravedad, es mayor que la suma de sus partes. Dos átomos de Hidrógeno tienen más del doble de gravedad que uno solo.

Pero, ¡no mames! Si la gravedad recorre distancias al instante, se mueve más rápido que la luz, lo cual es hacer trampa, por que se mueve a través del espacio sin moverse en el tiempo. ¡No mames!

Quizá.

Lo cierto es que no entendemos la gravedad. Quizá sea efecto de una partícula que no habita aquí, sino en el hiperespacio, donde la distancia es irrelevante. A esa partícula teórica le decimos Gravitón. Quizá haya una gran cantidad de materia que no podemos percibir, y la gravedad es su consecuencia. A ésta le decimos Materia Oscura.

Ésta es la entrada 150. Ya van 150 veces que mi blog me escucha atento mientras vierto lo que tengo en el cerebro. Gracias blog, y gracias fiel lector.

Wednesday, October 22, 2008

Latte in hand.

Nuestras vidas están increíblemente bien documentadas. A comparación de los rastros que dejaba la gente común en el pasado-- un puñado de cartas, anécdotas y algunos registros oficiales, nosotros producimos y almacenamos de manera eficiente una inmensa cantidad de información. Si dentro de medio siglo alguien quisiera (por cualquier razón, y asumiendo que el mundo no haya valido madre) hacer una biografía de mi humilde persona, contaría con una enorme cantidad de recursos para construir una imagen de la persona que soy.


Podría leer miles de correos electrónicos y mensajes de texto a celular que he enviado y con eso darse una clara idea de la naturaleza de mi relaciones personales. También podría contactar a cientos de personas que dieran alguna descripción mía, desde compañeros de clase en la primaria hasta empleadores y empleados. Podría sacar mi historia financiera de las bases de datos de los bancos. Hay literalmente cientos (sino miles) de fotografías mías. Mi mamá me tomó muchísimas cuando era yo apenas una larva.


Antes, y no hace tanto, la gente se tomaba dos o tres fotos en toda su vida. La foto de bebé, la del servicio militar y la de la boda. Solo las figuras verdaderamente pivotales en la historia se retrataban más-- aun que solo hay UNA fotografía de Lincoln, por ejemplo. Hay más fotos de mi que de Benito Juarez.


Fotografiarse solía ser una cosa ceremoniosa y cara. Luego con las cámaras caseras, era completamente aceptable para la familia de clase media, tomar 24 o 36 fotos en Navidad o en un cumpleaños. Entonces llegó la cámara digital, y el costo por foto se fue virtualmente a cero. Ahora tomar una foto no cuesta casi nada (el costo de la cámara y de la energía eléctrica) y por eso nuestros índices disparan a discreción y hasta la actividad más mundana puede registrarse a detalle.


Podría acceder a la base de datos de las aerolíneas, compañías de autobuses, casetas de cobro y agencias de autos y tener un mapa detallado de casi todos los lugares a los que he ido.


Con el historial de mi tarjeta de débito sabría que el 3 de Septiembre de 2004 compré unos chocorroles y un paquete de condones Trojan Clásicos en un Oxxo de Zacatecas.


¿Qué chingados?


Caminar por el mundo sin dejar huella es difícil ahora. En lugar de ser anónimos, solo podemos esperar pasar inadvertidos entre la multitud, vernos igual por fuera para que el Gran Hermano no note que por dentro somos los Conspiradores, los críticos de su sistema. En cierta forma, ahora solo se puede ser libre en secreto.


A la chingada, yo me voy a vivir en una cueva. Pero, ¿cómo escribiré en mi blog? Bueno, siempre puedo pintar en las paredes.


Con caca. :(

Thursday, October 09, 2008

About time.


1. Enfrente de la ventanilla.



Agustín seguía una estrictísima rutina. Todos los días, a las 5:11 el despertador chillaba furioso, y él abría los ojos despacio, se lamentaba en silencio y de corazón. Todos los días. Se levanta, toma la camisa que sigue en el clóset, la corbata que sigue en el cajón y se baña con prisa y sin ganas. Sale, cierra con llave el departamento T401 y camina hacia las escaleras, baja contando los mismos cuarenta y cuatro escalones. Dos cuadras. Autobús durante veintiún minutos. Durante la segunda mitad del trayecto se le ilumina el rostro con una mezcla deliciosa y abrumadora, partes de iguales de ilusión y desesperanza. Metro. Ay, dios, el Metro.


A Agustín siempre le gustaron los héroes clásicos, simples. Se imaginaba superando un obstáculo increíble, con espada y escudo defendiendo a la Corona—o mejor aun, sacrificándose por un amor infinito. Por que por encima de todas las demás, a Agustín le gustan las historias de amor. Nada de cursilerías y romances tontos, no. Las historias de amor grandes, esas que se quedan para siempre, las que saltan al recuerdo cuando uno está de frente a una mujer que te puede arrancar el alma de una mirada. Por eso a Agustín se le cierra la garganta y le sudan las palmas cuando el autobús se detiene a cincuenta y cuatro pasos de la entrada a la estación.


Hoy, tiene que ser hoy. Como todos los días. No, no, de verdad hoy si.


La rutina en éste punto es siempre distinta. Hay una brecha irreconciliable entre la vida que Agustín tiene y la vida que Agustín quiere. Trabaja anónimo como un circuito integrado en un cubículo minúsculo, nada extraordinario, nadie que aprecie su diligencia, su disciplina ni su legendaria (en privado) capacidad para resolver problemas. Agustín trabaja duro muchas horas al día. Todos los días Agustín se enfrenta a una dolorosa decisión, entre ser un átomo de la compañía y ser algo más, algo diferente. No necesariamente mejor, solo diferente. Y es que la brecha está encarnada en la taquilla 44B.


2. Atrás de la ventanilla.



Susana quería estudiar teatro. El destino tenía otros planes, y con todo y su carita angelical acabó plantada en la taquilla 44B despachando boletos del Metro. La máquina se acciona con un pedal, y el cajón del cambio nunca ha cerrado del todo bien. Siempre le gustó tratar a la gente, y en realidad no le molestaría dedicarse la las ventas, pero la transacción en una taquilla del Metro es mecánica y desgarradoramente impersonal. Es frustrante ofrecerle tu mejor sonrisa a autómata tras autómata y verlos desfilar como hormigas es algo que deprime hasta al más alegre. Susana, siendo una criatura estrictamente diurna, apasionada de la luz solar, padece horrores trabajando bajo tierra.


Susana ha desarrollado la muy útil habilidad de hacer su trabajo en automático, sonreír, recibir el dinero, pisar el pedal, y entregar el boleto, todo sin pensarlo en absoluto. Esto le permite estar en la taquilla solo en cuerpo, y su mente vaga libre, de la mano de su espíritu. Escenarios, telones y Sol, mucho Sol. Cada tanto cambia el pie, por que una vez soñó que su pantorrilla derecha se hacía musculosa como la de un físico culturista, y la izquierda era raquítica. Así no podría usar la falda café que tanto le gusta, y no le entrarían las botas. Por que eso si, Susana se viste bien.


Se aburre muchísimo. Se siente sola.


Se pone triste cuando se sorprende pensando en que ha perdido su gusto por la gente. Que en realidad, no hay personas. Solo boletos de Metro. Se pone más triste aun cuando se imagina que todos están igual de solos que ella, y que si a ella dejan de importarles, es seguro suponer que a ninguno le importe ella. Por que si para ella los usuarios son boletos, para los usuarios ella es la taquilla 44B.Desde luego, Susana no conoce a Agustín.


3. La taquilla.



El 14 de Agosto de un año cualquiera, un fulano cualquiera, en cualquier taquilla de cualquier metro, recibe su boleto y se detiene. En lugar de quitarse y seguir su camino, es poseído por una certeza grandiosa, y por una determinación tan inusual en el mundo moderno que los desconcertados autómatas atrás de él no dicen nada. El está estático, brillante y visiblemente aterrado.


Susana vio pasar el cambio exacto por la rendija, hizo lo suyo y luego levantó la mirada cuando el siguiente puñado de monedas no hizo clac en la charola de acero inoxidable. Alguien le estaba sonriendo de regreso.


“Hola. Mira, la verdad es que todos los días te veo, y desde el 2 de Febrero decidí que me gustas. Sé que estás trabajando—yo también trabajo, eh si, en una oficina. Pero hoy no tengo ganas de ser un átomo, ¿sabes?”


Y ella sabía.


Para Agustín había sido más bien una declaración de rebeldía que una genuina declaración de amor. Esperaba un rostro confuso y un empujón para salir de la fila.


Pero estas cosas de verdad pasan a veces y contra toda probabilidad, ella sabía.


“Salgo a las 6”.


Agustín no podía creerlo. No pudo tomarse el café en la oficina. Lo que pasara después le tenía sin cuidado. Y exactamente a las 6:06, Agustín y Susana caminan por la estación muertos de miedo e igualmente asombrados de lo poco confiable que resulta en realidad la estadística.