Monday, March 08, 2010

Gurl.

Hoy es el Día Internacional de la Mujer, así que es apropiado quitarse el sombrero y hacerle una merecida caravana al sexo fuerte, y mirar con reverencia a las Madres del Mundo, a mis fuertes y admirables hermanas e inclusive a mamá Naturaleza. Y claro, a todas las mujeres que han hecho mi vida interesante.

Así que también parece un buen día para hablar de asuntos femeninos, y en la nueva veta controvertida con la que ésta humilde publicación coquetea de reojo, en un par de párrafos más el post de hoy se habrá alejado de las reseñas obvias y hablará un poco de bioética.

Por principio, no está de más aclarar que yo no sé un carajo de bioética. (Ésta es la parte en dónde las personas que me conocen señalan que no sé un carajo acerca de casi nada).

Estuve pensando en los derechos reproductivos y la reforma sobre la legislación que limita las circunstancias bajo las cuales el aborto es legal.

Es un tema delicado.

Es un tema delicado y estoy en una posición ventajosa para analizarlo. La bronca tiene que ver con definir el momento a partir del cual un embrión es una persona. Y para eso, hay que tener una noción clara de qué es, exactamente, una persona. Hay dos escuelas de pensamiento, ambas parcialmente metafísicas. Una dice que desde la concepción, es una persona. La otra dice que a partir de que hay actividad cerebral. Después de todo, la actividad cerebral es pre requisito indispensable para la existencia de la conciencia, y una persona es su conciencia. Por eso, un cuerpo que respira pero con muerte cerebral es legalmente un cadáver. ¿Cierto?

Lo he pensado un montón éstos días, y me da un poco de vergüenza el no haber llegado ninguna conclusión definida. Son demasiados factores.

Para empezar, ¿qué hace a una persona ser una persona? Leí sobre un caso de una niña con anancefalia conocida como Baby K. La anancefalia es una malformación en la cual, básicamente, el cerebro nunca llega a formarse del todo. Usualmente esos bebés son abortados. Cuando no lo son, suelen nacer muertos o morir al poco tiempo. La madre de Baby K decidió tenerla.

La prognosis para un bebé con anancefalia es lúgubre. Aún si logra mantenérsele con vida, jamás reaccionará a ningún estímulo. Hay debate acerca de si pueden sentir dolor, o sentir cualquier cosa. No están conscientes. No pueden estarlo jamás. Sobra decir que una vida normal está completamente fuera de la discusión. Baby K tenía problemas para respirar, y necesitaba cuidados especiales. Al final, murió dos años y medio después.

Ahora, la posición médica es que es injusto emplear una cuna de cuidado intensivo en un bebé que no tiene oportunidad, en lugar de que esté disponible para otro que tenga mejores probabilidades. También se dijo que era el mismo caso que el de una persona con muerte cerebral.

Lo que consterna tanto es ésto: ¿Quién tiene derecho de tomar esa decisión?

Si su madre hubiera decidido interrumpir su embarazo, yo no podría culparla. Sería enteramente comprensible, y una decisión tan dolorosa no debe tomarse a la ligera. Sin embargo, tampoco puedo culparla por hacer todo lo humanamente posible por mantener a su bebé con vida. Simplemente estaba en una posición terrible por dónde sea que se mire.

Yo creo que una persona es su mente, y que cuando el cerebro se destruye o deja de funcionar, la persona está muerta. Se convierte sólo en un recipiente vacío. Una pierna no es una persona, ni un esqueleto ni un sistema digestivo. Puedes tenerlo todo, pero si no hay conciencia es sólo un objeto orgánico, un conjunto de productos humanos. Pero entonces, Baby K no sería una persona-- y lo era. Era un bebé. Era una persona sin conciencia. Pero ¿quién carajo soy yo para decidir algo así?

Entonces, ¿qué tantos componentes humanos hacen falta para que dejen de ser un montón de órganos que trabajan juntos para convertirse en una persona? Si se ensamblan artificialmente todos los componentes, puedes hacer un humano, pero no una persona. Ese era el dilema del Dr, Frankenstein. Puedes hacer algo con forma humana, con piernas y brazos y ojos y tripas.

No sé. Ni siquiera sé cómo redactarlo.

¿Y qué pasa en el caso contrario? Qué pasa si se pudiera mantener un cerebro activo por métodos artificiales sin un cuerpo, o con un cuerpo sintético. Qué tantos componentes de una persona pueden ser reemplazados antes de que deje de ser una persona. O que algo que no lo era se convierta en una persona, como en El Hombre Bicentenario de Asimov.

Es algo de pesadilla. No sé, creo que ésta vez no llegué a ningún lado. Voy a tratar de organizarlo mejor y mañana escribiré algo un poco más coherente.

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