Wednesday, February 17, 2010

Eh? ok.

En éste momento, tengo hueva. Y me está dando un poco de miedo. A lo largo de mi vida, he conocido muchas huevas, y no es aventurado decir que la de hoy es una de la más alta categoría. Es una hueva abrumadora que se mueve despacio, como una nube grande y gorda. Y con hueva.

Para comenzar a describir la magnitud de ésta hueva, es necesario partir de la premisa de que hay un límite, una línea después de la cual es imposible regresar; una línea sutil que separa nuestro mundo del plano de la Hueva Primordial, de donde toda baquetonería y modorrez emana.

Pues la hueva de éste momento me hace temer que he puesto pie en el lindero, que transito por un terreno inestable al borde del abismo que...

Oh.

Se me quitó la hueva.

Supongo que sólo era cosa de ponerse a escribir para echar el cerebro a andar. Bueno, ya que mi seso está caminando, bien puedo de una vez escribir al respecto de algo. Ese algo va a ser:

Las peras.

Cuando yo era niño, vivía en una granja. Bueno, no era exactamente una granja pero había caballos y gallinas. Y patos. Bueno, está bien, digamos que era una pinche granja. El punto es que en esa casa también había perales. Bueno no, no en la casa. En el jardín. Huerta pues. Entonces: chingos de perales. Los perales dan peras-- chingos de peras.

Las peras de esa región se llaman peras de bola, y no tienen forma de pera. Bueno sí, carajo, tienen forma de peras de bola. Pero no de peras-peras de esas que tienen forma de señora gorda con forma de pera. Ahora que una señora lo suficientemente gorda podría parecer una pera de bola. En cuyo caso, concedo que a lo mejor las peras de mi casa sí tenían forma de señora über gorda.

Creo que éste es el regreso del lector imaginario reaccionario.
-No, no es.
-Ahí estás. Mira, ya le puse un guión a lo que dijiste. Eso indica que es un diálogo.
-No, lo que indica es que estás loco. ¿Con quién chingados estás hablando?
-Pues contigo tarado.
-No, tarado nada. Sólo un poco extraño.
-Claro que no.
-Entonces escribe UN post normal. Habla de cosas normales. No de huevas que parecen nubes y peras de bola.
-Está bien. ¿Crees que no puedo escribir de algo normal? Te voy a enseñar.
-Muy bien.
-Pero será otro día.
-Ja, lo sabía. Estás loco.
-Estamos, camarada.
-...Jaque mate.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home