Wednesday, August 17, 2005

All the lonely people.

Escucho atentamente a los escarabajos de Liverpool. Y me he puesto a pensar en la soledad. No me imagino una soledad más atroz que la se siente al estar en medio de una multitud. Ahí, uno es solo otra sombra anónima llena de prisa, preguntándose, como todos los demás por qué diablos está tan solo. Entre los muros grises de un enorme laberinto de concreto el hombre pasa su vida mirando expectante el cielo pardo por el smog. De noche, y entre el alumbrado público ve el cielo sin estrellas y no le parece que sea tan grande, pero si lejano, ajeno y sobre todo indiferente. Con el tiempo, piensa, dejará de pensar en el sonido del viento entre las copas de los árboles.

Durante su vida urbana, jamás deja el ambiente industrial de su trabajo. Todo lo que le rodea es mecánico e impersonal. Él mismo se hace cada vez mas mecánico e impersonal. Después de ocho horas ensamblando componentes que irán a parar a algún artefacto cuya naturaleza él ignora, sale a la calle. Se despide sin entusiasmo de sus vecinos inmediatos de la banda transportadora. El almuerzo fue dispensado por una máquina poco amable, un emparedado preparado con todo el amor de otra máquina a muchos kilómetros.

De la luz artificial de la planta, pasa a la luz artificial de la calle. Llega a la estación del metro, junto con otros miles que como él, siguen una estricta rutina. Jamás verá de nuevo a esa gente. Para colmo, la chica tan linda de la taquilla 44B no vino hoy. No logra descifrar el sistema de los turnos. Quizá ella esté en la estación que sigue, y jamás la verá de nuevo. En un tercio de hora está entrando a su departamento minúsculo, idéntico a otros miles, en un edificio idéntico a otros miles. Ahí, se lamenta en secreto, pero no demasiado. Debe dormirse temprano, mañana debe ir a la fábrica.

No, la verdad es que no me gustan mucho las ciudades.

¿Y si en la mañana le dan ganas de no bajarse en la estación de siempre y buscar a la chica de la taquilla 44B?



Creo que voy a tener que escribir un cuento.

1 Comments:

At August 18, 2005 at 11:09 AM, Blogger Alexia Lefebvre said...

Es tu deber moral escribir un cuento sobre la chica de la taquilla 448 y el hombre de la fábrica que sale del montón para buscarla!!

 

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