Monday, February 28, 2005

Where do we go?

La incertidumbre es algo fascinante. El no saber que va a pasar mañana me permite despertar. Esa expectativa apenas temerosa de lo que el día depara. Si será el mejor. Si será el último.

Es curioso que la incertidumbre solo se aplique a la vida y que la muerte sea una certeza tan absoluta. Podría descorazonar a un espíritu mas frágil, el saber que no importa que tanto hagas con tu tiempo, no importa si te haces rico o pobre, si eres feliz o desgraciado; eventualmente dejarás de ser. En el sentido mas analítico, yo soy mi mente, mis recuerdos y mis ideas. Yo soy mi conciencia. Y mi conciencia es una secuencia de impulsos eléctricos en mi cerebro. Existirán mientras mi cerebro exista. Cuando mi cerebro deje de funcionar, mi mente desaparecerá y con ella todo lo que soy.

Y dejaré de existir.

¿Qué pasa entonces? Probablemente nada. La energía eléctrica en mi cerebro se transformará en energía térmica, que se disipará en el ambiente cuando mi cadáver se enfríe. ¿Pero que pasa entonces? Probablemente nada. Probablemente.

Pero quizá sí pase algo. Recombinación. Ni un solo átomo en mí es nuevo. Cada uno de ellos es original, de fábrica, manufacturado junto con todos los demás, en el big bang en el mismísimo origen del tiempo. Antes de ser parte de una partícula que es parte de una molécula que es parte de un tejido que es parte de una célula que es parte del nervio óptico a través del cual veo éstas palabras en el monitor, ése átomo pudo haber estado en cualquier lugar.

En una planta. Y antes en pez. Y antes en un dinosaurio. Y antes en una roca. Y antes en una estrella. Recombinación. En ese aspecto, en verdad somos tan viejos como el universo, y si el tiempo no tuviera origen, tan viejos como la misma realidad. Entonces mi existencia no está supeditada al funcionamiento de la entidad orgánica en la que mi mente está contenida, sino a la continuidad de la realidad.

El carbono, el hidrógeno y el calcio que componen mi cuerpo se asimilarán y se recombinarán eventualmente con todo lo demás. Ahora lo que haga con mi tiempo me parece de pronto mucho mas importante. Quizá no tenga otra oportunidad de ser feliz. Quizá no tenga otra oportunidad que intentarlo. De ir. De verlo. De amarle. De leerlo.
Y así, solo así, somos eternos. En esa existencia abstracta e impersonal, acrónica y sublime, me sabré de una vez y para siempre, parte de todo.

2 Comments:

At March 1, 2005 at 3:03 PM, Blogger Manuel said...

Todos los día leo tu blog, a veces dos veces en un día.
Siempre me gusta, pero hoy gana el premio de imprimirlo y pegarlo en algún lado.
Bro, gracias por esta sublime reflexión.

150 Ptos. de XP

 
At March 3, 2005 at 2:35 PM, Anonymous Anonymous said...

Me uno a Solis en que es digno de ser impreso, leido y releido, saborear este instánte ahora y siempre.

 

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