Friday, September 03, 2010

Frieday.

De cenas post apocalípticas, mochilas de cuero y computadoras portátiles.

Anoche cené SPAM. El SPAM-- no el que llega a la bandeja de entrada para ofrecer cursos de administración y pastillas para todo tipo de malestares reales y ficticios, sino el que viene en latas azules y se puede guardar para siempre, es algo que me gusta mucho.


Nice in the belly,
where spam is welcome-
not in my inbox



En primera por que me gusta mucho la carne. Pero más allá de eso, hay razones menos obvias; me gusta por que me trae recuerdos muy específicos. Mi padre (siendo un hombre de la guerra fría) es partidario del almacenamiento y el desarrollo de habilidades de supervivencia.

Durante mi infancia pensaba que almacenar harina, miel, cosas enlatadas y municiones era algo normal, que todo mundo hacía los domingos. Después de todo, uno debe estar siempre preparado. Material y mentalmente. Por eso es importante saber usar bien un cuchillo, una escopeta y un brújula.

En todo caso, la opinión de mi padre sobre la inminencia de una guerra nuclear se entiende muy bien tomando en cuenta que nació en 1953. Con todo, aprendimos que es enteramente viable ir al supermercado cada cuatro meses, cultivar tus propias calabazas, alcachofas y ejotes y complementar el resto de tu dieta de fuentes no centralizadas/industrializadas: casi todo está mas fresco en el mercado o en las verdulerias que en el super.

Pero divago: quiero hablar sobre el spam. La mejor manera de cocinarlo es la siguiente:
Se fríe cebolla picada, chiles picados y dos jitomates. Cuando está todo integrado, se agrega una lata de spam finamente picado y se revuelve. Está listo: consúmase en tacos.

Ahora, eso es maravilloso por varias razones. Es una cena que puedes tener en un mundo a-la-MadMax. El spam es comida de búnker; tiene tanta sal que en realidad no tiene fecha de caducidad. Lo puedes comer tres o diez o quince años después de haberlo comprado. Cultivar cebollas (cualquier planta de raíz nutritiva de hecho, como las papas y las jícamas) es muy fácil. Los jitomates y los chiles requieren sólo marginalmente más cuidado. El Forest puede narrar su experiencia con tomates caseros.

Pero claro, no es un buen consejo comer spam con mucha frecuencia o planear tu retiro postindustrial escondiendo un pallet de spam en en el sótano. Tiene cantidades monstruosas de sal y grasa saturada. Si quieres proteínas en un mundo en ruinas es mejor que consigas unas gallinas y unas cabras. Y tener experiencia cultivando cosas es invaluable.

Ah, este post se mueve hacia otro asunto y no es de lo que quería hablar. Bueno sí, pero no sólo de eso. En realidad no estoy tan seguro de qué es lo quería decir. Tenía que ver con patrones de consumo.

Escribo ésto en la laptop que mis hermanos me regalaron de cumpleaños, y en un rato iré a recojer la funda en la que va a ser transportada. Cuando fui a buscar una que fuera apropiada, en muy poco se hizo evidente que era difícil encontrar una de su talla. Es pequeñita. Entonces decidí que no iba a comparar algun portafolio de ñoño hecho en China bajo estándares ambientales y laborales inaceptables. Si tenía que dar dinero, preferiría no dárselo a una corporación.

Preferiría dárselo a un artesano.

Así que fui con un talabartero, un viejito que se dedica a un oficio en extinción. Al rato iré por la mochila de cuero que le encargué. Mañana escribiré sobre cómo quedó.

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