Saturday, April 17, 2010

Last.

-Todos los días son más o menos la misma mierda.
Hablaba con una decidida autoridad. Era una desgracia que hablara solo, cualquiera habría sido afortunado en escuchar sus enseñanzas. Se sentó en la boca de la cueva, y observó el cielo. Continuó:
-Y todos los días uno se quiere salir del Mundo. Todos las noches uno se va a dormir con la esperanza de no tener que despertar de nuevo, pero siempre despiertas de nuevo. Siempre vuelve a salir el Sol. Hasta que un día, agarras de dios de buenas y te deja irte. Y ese es el mejor día de tu vida.
Desde luego, hasta los más sabios de entre los anacoretas tienen días agrios y éste era particularmente intenso para el Hombre de la Cueva. Había renunciado a su nombre al mismo tiempo que a todo lo demás. Su único tormento era no poder renunciar a su soledad, pero

Ah que hueva de cuento.

Al pendejo ese le pasó algo bien chido y se le quitó lo amargado. Vio un pájaro bien bonito o una nube o alguna de las estupideces que siempre escribo. Al final se supone que tenga que ver con mi pinche noción de que el mundo es muy bonito y que la gente que lo ve así tiene algo de noble o de especial. No es así.

Estoy harto de escribir.

Fin.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home