Pop and Poop.

Es una jodida falacia eso de que Andy Warhol inventó el arte pop. De hecho, el arte es, por naturaleza, algo pop. ¿No estaban de moda las gorditas en los días de Rubens?

Ahora, hablemos del pop. Popular. De dominio público. Hace poco escribí del arte y no tardé en llegar a ésta conclusión. El arte es ante todo una forma de expresión. Es, por lo tanto, una herramienta comunicativa. Claro que es tan locamente subjetiva que resulta bastante ineficiente; de ahí que el gusto se rompa en géneros. Un artista se dispone a expresar o representar algo en un cuadro o una escultura o una sinfonía, da lo mismo, está tratando de decir algo. Y el arte se hace para las masas. Al menos, casi todo lo es.

Un sobre-educado y pretencioso junior se pasea por una galería en Nueva York y asiente o niega con la cabeza mientras pasa frente a los cuadros, de detiene media hora y luego derrama una lágrima sintética frente a un cuadro completamente negro titulado “La insoportable duda del ser” confiado en impresionar a los meros mortales que le miran. Pero la gente que pinta para ese imbécil no está haciendo arte. Está haciendo dinero explotando la necesidad de estatus del otro. Después de todo, necesita dinero para comprar su propio estatus. Vivir en un piso desordenado, usar heroína y jugar a sentirse incomprendido por el sistema materialista e insípido que le rodea y del cual, por cierto, forma parte casi involuntariamente.

El arte es una actividad humana. Hay que desdivinizar al artista para comprender y apreciar el arte por lo que realmente es. Una fábrica de palas mecánicas no es menos humana que la Capilla Sixtina. Probablemente eso era lo que Warhol quería decir.

Creo que es fundamental partir de la premisa de que los artistas también son humanos. Sienten los mismos tormentos que yo, comen, se tiran pedos y pagan sus deudas. Comen en McDonalds y toman coca-cola. Extrañan. Dudan. Y sin embargo, son capaces de hacer algo extraordinario y hermoso, son capaces de transmitir emociones con cosas inanimadas. Hacer de un bloque de mármol una figura ideal de todo lo que el hombre quiere ser.

Ahí radica su genio. No en ser las criaturas místicas e inalcanzables que el junior en Nueva York se imagina, sino en ser gente común y corriente, que intenta y a veces fracasa. La falibilidad del artista es pilar del arte.

Además, el arte está en todas partes. Muchas veces, ni siquiera interviene un artista.