Thursday, January 12, 2006

Red Eye.

Era verdad. Su ojo estaba inflamado y rojo como un tomate. ‘¿Qué te pasa amigo?’ -le pregunté. No me contestó, solo se quedó ahí viéndome con su cara de perro. No parecía molestarle, pero era mas rojo su ojo que un rifle dragonov y eso me preocupaba. Pronto comprendí que no me diría nada. Así es él, nunca le cuenta sus problemas a nadie, y siempre escucha los de los demás. Al pedirle consejo, su optimismo suele animar más que las palabras vacías. Sin duda es un gran amigo.

Fuimos al doctor. No se dejó pesar. Es demasiado vigoroso, más cuanto hay cuatro personas haciéndole tanto caso al mismo tiempo. Lo subí a la mesa de examinación. Estaba contento, con todo y su ojo rojo. Entonces llegó el momento de tomarle la temperatura y eso ciertamente cambió su humor. Después de todo, es un perro de 46 kilos.

‘Agárralo’ ordenó el médico. Lo sujeté con fuerza, y lo mismo hizo él. Con una rápida mirada ordenó a su asistente que procediera. A ella le entusiasmó lo mismo que a Gopher. De complexión mas bien frágil, la pobre enfermera no querría hacer enojar a un perro tan grande haciéndole algo tan invasivo. Pero el doctor manda, no ella. Así que tomó el termómetro y…

Sujetar a Gopher no fue fácil.

Su temperatura corporal, su respiración, y su salud en general resultaron normales. De hecho, está en muy buena forma a pesar de haber echado algo de panza los últimos dos años. El ojo fue revisado.

Tuve miedo de que fuese algún tipo de posesión demoníaca o algún poltergeist de izquierda, lo cual explicaría el enrojecimiento. Nada de eso, en realidad una explicación desilusionadoramente mundana emergió de abajo del bigote del veterinario.

Conjuntivitis. Ni siquiera sabía que eso le podía dar a los perros. Nada grave, pero hay que atenderlo. Se le recetó medicina en dos formatos. El primero son pastillas masticables sin sabor, que son fáciles de administrar ( basta envolverlas en una rebanada de salami y arrojárselas) y luego gotas para los ojos.

Gotas para los ojos.

En qué mente cabe suponer que es realista administrarle gotas para los ojos a un perro. De cualquier manera, luché con él y se las puse. Mañana será más difícil, por que ya sabe que no es agradable y ese tipo de condicionamiento es inmediato. Afortunadamente su ojo ya va mejor. Ah, y no se debe bañar en diez días. Su último baño fue hace quince y le tocaba otro mañana.

Me pregunto si se le puede poner desodorante a los perros.

5 Comments:

At January 13, 2006 at 12:45 PM, Anonymous Anonymous said...

te deberias de poner desodorante en la cola tu pinche antuan. Ademas pienso que escribes pura mamada pierdo el tiempo en leerte, y que el joto de Brallan vaya y chinge a su madre.Pinche naco te deberias de llamar como latino pq me cae que eres mas mexicano que el nopal.

 
At January 13, 2006 at 5:28 PM, Blogger shtepenwolf....! said...

jaja pinche homosexualazo, ten tantititos wevos pa poner tu sucio nombre y luego vemos si tus palabras tiene algo de valor, asi nomas demuestras lo puto que eres, ya sal del closet pinche french puddle ladradora

 
At January 13, 2006 at 5:46 PM, Blogger shtepenwolf....! said...

aparte creo que ya se quien eres pinche putito, vales nada mas que mierda

 
At January 18, 2006 at 2:01 PM, Anonymous Anonymous said...

muy bueno!! me encanta lo que escribes, evidentemente eres genial! Sufro con Gopher....espero siga mejor..

 
At January 19, 2006 at 4:59 PM, Blogger Manuel said...

La unica manera de decirles algo a Brian y Antua es así, en anónimo, pues sabe que es demasiado pusilanime para algo más.

Ja, me cago en los anonimos.

Por otro lado, ¿por qué no darle al perro dos rebanadas el lugar de una?

Gracias por cuidar de Gopher.

 

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