Friday, October 14, 2005

Sushi & Heineken.

750 gramos de arroz podría parecer demasiado para una cena casera de sushi. Y lo es. Sobre todo cuando el Forrest no escatima el salmón y los camarones, el pepino y el quesocrema. Si se degusta con salsa de soya y furikake, constituye una comida abundante, deliciosa y sana; más aun si un buen sorbo de Heineken cataliza su entrada al organismo.

Basta de eso. No sé por que he dejado de escribir. No he dejado de pensar, eso es seguro. Solo que en estos momentos mi vida no tiene nada de espectacular. Salvo mi persona, claro. Hoy estoy un poco molesto con la civilización (ahhh bien, pronto escribiré sobre El Fracaso de la Civilización), con su desarrollo tecnológico y económico en particular. Explico.

Mi auto no arrancó, la batería había perdido no solo su vigor, sino todo rastro de vida. Y yo con prisa de ir a ver a mis amigos y a una chica de piel blanca y ojos color aceituna. Lleno de furia, hago lo que mi naturaleza sensata me indica. Me pongo a pensar. No soy el tipo de persona que suele vociferar y patalear al estar enojado. Creo que eso es bastante inútil. Mis berrinches son tan silenciosos como breves.

¿Por qué no arrancó mi auto? Si, la batería falló por que una luz interior no se apagó. Debió haberse apagado. Debió anticiparse a mis necesidades y funcionar como y cuando yo lo desee. El propósito de la existencia de ese auto es servirme. Es mi esclavo y debe estar siempre y completamente a mi merced y disposición. No es una persona, no es un ser vivo. Es una herramienta diseñada y creada por el hombre para servir al hombre. Sin embargo, la misma falibilidad del hombre produjo un esclavo falible.

Habiendo fallado, ahora soy yo quien debe servir al esclavo. Eso es inaudito. Impensable. Pero más común de lo que nos gustaría admitir. Es muy molesto e irónico que algo que se supone debe hacer tu vida mas sencilla, la haga mas complicada. Y es un dilema al cual la humanidad de enfrenta cotidianamente. En esta era industrial, nuestras vidas no son mas fáciles. Simplemente los problemas han cambiado de arar el campo para comer a tener suficiente dinero para comer. No prevemos. Pareciera que cada cosa que hacemos o inventamos para simplificarnos la vida solo termina haciéndola mas complicada.

Piensen en los autos. Se inventaron para que transportarse fuera mas fácil y con ello la vida sería un poco mas simple. Y ahora tenemos guerras por petróleo, gases de invernadero y planificadores urbanos enfrentados a una logística en función de los coches y no de la gente. Eso hace nuestras ciudades menos habitables y eso va en detrimento de nuestra comunidad. Una solución que creó más problemas de los que resolvió.

Así que me he propuesto inventar algo que sí haga la vida mas simple, se trata de una máquina que…

Yeah, that one will work out.

1 Comments:

At October 15, 2005 at 10:36 AM, Blogger cesarsimon said...

también sirven como control de sobrepoblación.. de vez en cuando un idiota atropella a otro idiota

 

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