Wednesday, April 22, 2009

Our time, take 2.

Bien, entonces divagué como siempre y luego escribí dos renglones sobre los rituales de paso. Un ritual de paso celebraba el cambio de expectativas sociales, la llegada de nuevas libertades y nuevos compromisos. Aun si la transición en realidad era paulatina, comenzando meses o años antes del ritual y extendiéndose por un tiempo después, había un día a partir del cual ya no eras un niño. Eso no pasa ahora. De hecho, el concepto de “adolescente” es más o menos reciente. Adquirió una nueva dimensión con la revolución industrial.

Ahora, con nuestra monstruosa capacidad de generar recursos, no es necesario que los niños trabajen en la granja en cuanto sean físicamente capaces. Pueden permanecer al cuidado de sus padres durante mas tiempo; hace dos mil años era normal casarse a los catorce años, ahora es normal vivir con los padres a los veinticinco. Es cierto que necesitamos más años formativos simplemente por que ahora hay mas cosas que aprender para poder funcionar en el mundo, hemos amasado un muy respetable compendio de trivialidades y un puñado de conocimientos importantísimos. Además, la educación se sistematizó y estandarizó, gracias también a la liberación del trabajo manual que nos trajo la industrialización de los procesos que antaño requirieron ejércitos de trabajadores.

El hecho de que la idea de adolescencia haga difusa la linea entre ser un niño y ser un adulto aunado a que la supervivencia dependa cada vez de manera menos directa en el trabajo para un gran número de seres humanos resulta en que muchas personas simplemente nunca se convierten en adultos. Nunca lo necesitan.

Ahora, ¿qué es ser un adulto?

El carajo con Peter Pan y su neotenia, ser adulto no tiene nada que ver con perder la esperanza. Como yo lo veo, ser adulto significa aceptar las consecuencias de tus actos. Que puedes hacer lo que quieras, siempre y cuando estés dispuesto a pagar el precio. También está relacionado con la independencia. Con no necesitar (o poder salir adelante sin) una figura paterna, real o imaginaria.

Es fácil encontrar figuras paternas de refacción, para que nuestras mentes infantiles se cuelguen de ellas. Además, para el hormiguero es bastante conveniente que seamos niños barbados. Nos hace más inseguros y por ende mas manipulables. Es más fácil convencernos de que necesitamos un montón de cosas para sentirnos seguros y aceptados-- ser consumidores más diligentes, con menos capacidad de crítica y nula capacidad de rebelión.

Así que la falta de rituales de paso tiene que ver con el consumismo.

Uno puede decidir participar de las partes de nuestra cultura que están jodidas o no, y uno puede decidir si necesita muletas o no.

Crecer, a final de cuentas, no se trata de qué cosas recoges, sino de qué cosas tiras. Arroja por la borda toda la mierda que se te impone, acepta la responsabilidad de tu propio destino. No necesitas la aceptación de nadie ni tienes derecho de juzgar a otros. Experimenta el mundo, hazte con tiempo de una brújula moral cada vez más confiable y haz lo que tengas que hacer. No eres una hoja seca sin rumbo en el viento.

No tienes que serlo.

1 Comments:

At April 22, 2009 at 3:47 PM, Blogger tofu said...

Parece que la falta de posts por un buen tiempo tenia como objetivo dejar que este post fermentara justo lo suficiente para dejarlo a uno con un buen sabor de trompa, totalmente de acuerdo bro.

A veces pienso ¿Qué seria del mundo si la mayoría de la gente se pusiera a pensar…siquiera un poco? Pero supongo que están muy ocupados trabajando todo el tiempo para poder mejorar su historial crediticio y recibir su tarjeta platino, con tal de comprar cosas que no necesitan y que evidentemente jamás podrian pagar si dejasen de trabajar 13 horas diarias.

 

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