Tuesday, February 10, 2009

Think. Thanks.

Independientemente de cual sea tu oficio, todos los días laborales son más o menos iguales. El zapatero repara zapatos y el carpintero hace muebles, el agrimensor juega con su teodolito y el actuador... hace lo que sea que ellos hagan, creo que son como contadores o algo igual de aburrido.

En fin, todo mundo va a la chamba e invariablemente se aburre un poco, aun si encuentra cierto confort en la seguridad que nos dan las rutinas. Pese a que cada día ofrece sus propios retos y sus sinsabores particulares, todos comparten un semblante común, como se parecen las tías solteronas unas a otras, estén o no relacionadas sanguíneamente.

En realidad, pocas cosas extraordinarias pasan a lo largo de las semanas si uno no pone atención. Al poner atención, el mundo se torna repentinamente mucho mas interesante.

Vivimos en un mundo de detalles. De dramas minúsculos y patrones complejos. De átomos, artrópodos, termodinámica, sociología, poros y fotosíntesis.

Sistemas maravillosamente intrincados componen todas las cosas. Pensar, por un instante, que todo está hecho de partículas diminutas que esencialmente no son nada. Que interactuamos con entidades de carbono y agua que poseen (por razones misteriosas) voluntad y conciencia-- que desean, sufren, aman, temen y viven, con corazones que palpitan moviendo millones de litros de plasma, por sí mismo una cosa interesantísima.

Que todo ésto lo pensamos en una gota de hierro y sílice que vaga por un espacio infinito, orbitando un gigantesco reactor nuclear de ocurrencia natural que transmuta hidrógeno en helio, uno entre millones y millones de objetos similares que componen sistemas de una escala que no podemos comenzar a imaginar, y todo ésto pasa mientras yo estoy aquí, dibujando el Universo en un órgano de células nerviosas enmarañadas adentro de un domo de calcio que evolucionó al final de un animal parecido a un gusano tubícola, que viven filtrando bacterias en el fondo de mares vastos como el olvido y profundos como la memoria.

Basta pensar en lo abrumadoramente hermosa y fascinante que resulta la experiencia humana y lo inconmensurable que es la magnitud realidad.

En realidad, éste momento de ocio en la oficina es una cosa extraordinaria.

1 Comments:

At February 10, 2009 at 11:40 AM, Blogger tofu said...

Me pondría de pie y me quitaría el sombrero, pero no puedo hacer ninguna de ambas. No puedo ponerme de pie porque como tu estoy en una oficina, y ponerme de pie repentinamente sin razón despertaría la sospecha de mis colaboradores quienes creerían que me estoy haciendo pendejo, y por lo tanto me pasarían cosas por hacer. No puedo quitarme el sombrero simple y sencillamente porque no tengo uno, así que tendremos que conformarnos con una felicitación por las siempre interesantes aportaciones que haces en tu blog.

En otro orden de ideas, ya vente puta madre! Hace falta que nos peguemos una, dos, tres o incluso cuatro, cinco o seis chelas.

 

Post a Comment

<< Home