Tuesday, April 28, 2009

Walk.

Idealmente, uno debería ser capaz y estar dispuesto a renunciar a todo en cualquier momento sin chistar. Con una absoluta capacidad de desprendimiento, sin mirar nunca hacia atrás, se es completamente libre solo cuando no tienes nada ni deseas nada ni te importa nada. Pero entonces, ¿para qué estás vivo? Si no tienes ni deseas ni te importa ni amas ni extrañas nada, daría en realidad lo mismo que estuvieras muerto. ¿Quién eres en soledad?

Ayer, recorriendo la noche a pie, entre los talleres del ferrocarril y viendo mi reflejo entre los fantasmas de bronce del museo, me detengo a ver una palomilla en el suelo. Es gris con marrón. Camino un poco más. A veces, caminando de noche me imagino que soy otro. Con otro nombre, con problemas distintos, con otros amigos y otros miedos y otros recuerdos. Que soy otro, uno que ni siquiera habla español, que no vive en ésta época ni en éste mundo. Otro, uno que se ve igual que yo pero es otro. Trato de no imaginarlo demasiado por que me da miedo volverme loco, me da miedo que ese sea el verdadero y que cuando camina de noche entre los talleres del ferrocarril y ve su reflejo entre los fantasmas de bronce del museo se imagina que es yo, solo por que está harto de ser él.

Camino un poco más. Ahora pienso que sería agradable hablar con alguien, por que me siento solo y vagamente triste. Entonces me imagino a Félix, alto y moreno, dando zancadas largas junto a mi y me dice 'no lo pienses tanto que te vas a volver loco'. Luego llegamos a una esquina y nos despedimos, por que Félix va a casa de su abuela y yo sigo por la avenida. Hasta luego y buenas noches.

En un escalón hay un pedazo de papel, parece tener pan o alguna otra cosa obviamente comestible. Hay tres cucarachas saqueándolo con impunidad. También algunas hormigas. Hay dos cucarachas más en camino. Una de ellas es pequeña y pálida. Pienso en matarlas, solo por que soy mas grande que ellas y podría matarlas sin que me pasara nada. Podría matarlas solo por no dejar la oportunidad de aplastar alguien, de abusar de un poquito de poder. No les hago nada. Parecen estar ocupadas. Parecen estar contentas.

Debo llevar al menos una hora caminando. Me duelen un poco los pies y se está haciendo tarde. Pero no tengo ganas de ir a dormir, no tengo ganas de estar quieto. Quiero seguir caminando, para siempre, como un camello. Me imagino peregrino visitando tumbas de santos. Me imagino vagabundo. Me imagino Holden Vitaminas Caulfield imaginando una bala en el estómago. Me imagino fantasma.

Ah, esa es la mejor, imaginarme fantasma. Le hago una historia instantánea, con haciendas y venganzas y romances a vapor. Le pongo un rostro y una levita y un bigote bien recortado. No le pongo nombre. Pero le pongo un hermano rencoroso y un caballo tuerto y al final le pongo una daga entre las costillas y listo, soy un fantasma taciturno recorriendo un mundo de sombras y secretos develados.

Luego me aburro de imaginar eso, y me pongo a extrañarla terriblemente. Camino un poco más, sacudo mi mente y me pongo a pensar en la identidad. Es un tema recurrente y algo que me interesa mucho. Luego en la soledad y en la muerte y en Dios y en el futuro y en el amor y en el lenguaje. Estoy cansado. Ha sido una conversación interesante, me habría gustado compartirla.

A veces es tan extraño habitar en mi mente.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home