Weed it out.

Legalizar la producción, venta y consumo de la mariguana tendría efectos profundos en la política de seguridad de México. No sería el apocalípsis hippie que la derecha describe como un vórtice donde los valores humanos se pierden y todo se convierte en una gran bacanal de pecado. En realidad, lo único que cambiaría es que la gente que consume mariguana podría hacerlo sin cometer un delito y con la certeza de que no tiene insecticida que los deje ciegos. La mariguana pagaría cantidades enormes de impuestos, le quitaría parte de su ingreso al crimen organizado y haría al país un poquito más libre y un poquito más seguro.

Podríamos usar básicamente el mismo marco legal que ya usamos para la venta de alcohol. Paga muchos impuestos, se requiere una licencia para comercializarlo y no se puede vender a menores de edad. Con un mariguanómetro y un estudio clínico sobre con cuanta mota ya no debes manejar desplegado en cada punto donde haya un alcoholímetro. El sentido común hace el resto: en todas las situaciones donde no debes estar borracho, tampoco puedes estar pacheco.

Te pueden despedir por llegar a trabajar pacheco y meterte a la cárcel si llegas a operar pacheco. Sentido común.

Con la legalización de la mota, también aparecería un nuevo tipo de ranchero: el de rancho mariguanero.

Éste ranchero no maneja una Ford Lobo 4x4, ni usa botas y camisa de cuadros-- tiene un híbrido y anda en chanclas. No usa sombrero porque no le caben las rastas y trae una playera de Manu Chao. Los ranchos mariguaneros no tienen enormes extensiones cultivadas como milpas, parece más bien un invernadero, con plantas creciendo bajo techo en cubetas de plástico, con irrigadores automáticos que las mantienen hidratadas y frescas.

Tiene nómina, le paga seguro social a los trabajadores y un contador lleva los impuestos al corriente.

La mariguana se vende por gramo o en cigarrillos, los hay con filtro, con sabor a menta, mezclados con tabaco. La gente fuma en sus casas y en cafeterías con licencia.

Ésto describe algo razonable.

Prevenir que los chicos fumen mariguana, o tabaco, o beban no debería ser responsabilidad del gobierno. Es responsabilidad de los padres. Si quieres un gobierno menos metiche, tienes que ser más responsable.